¡NO SE ENGAÑE!


“DIOS NO PUEDE SER BURLADO”


Por: Osvaldo Bazil


El mundo en que usted y yo vivimos no es una selva. Existen normas establecidas que rigen los comportamientos de los seres humanos. Y aunque a veces, parece que es peor que una selva, al momento de actuar y abrirnos paso entre los demás, no podemos hacerlo de manera libre y como nos parezca.

No podemos andar desnudo por la calle, no podemos hacer nuestras necesidades fisiológicas en cualquier sitio o entrar sin pedir permiso donde nos plazca. Hay unas reglas de conducta que establecen las relaciones entre unos y otros, determinando las acciones que se deben seguir para que seamos aceptados en un entorno social.Algunas de estas son:


·        Presentarse adecuadamente. Una primera impresión es vital y puede condicionar la consecución de los objetivos finales. Una mala imagen es difícil de borrar, y si se logra, puede significar mucho esfuerzo innecesario.

·        Comunicarse efectivamente. Independientemente del medio que vayamos  a utilizar, debemos hacerlo de manera correcta, aplicando las técnicas necesarias para que las personas lo puedan entender y su participación sea eficaz. Veamos algunas.

a)     Si se va comunicar por escrito, cuide la ortografía, la redacción, dele un tratamiento que corresponda con el tipo de persona según su origen y costumbre.

b)    Si se va comunicar personalmente, ya dijimos anteriormente, que tiene que cuidar su apariencia y vestirse adecuadamente para cada ocasión. Salude siempre con una sonrisa y de manera cortés, mostrando seguridad y firmeza pero sin avasallar. Cuide lo gestos y ademanes pues muchas veces contradicen lo que estamos diciendo. Mire siempre a los ojos pero con educación. Los ojos son una fuente efectiva de transmisión de pensamientos. Sus manos y uñas deben estar pulcras. Mantenga una conversación agradable, con un buen tono de voz y buena dicción, sepa escuchar para que sepa lo que va a decir. Sea inteligente al momento de escoger y manejar los temas; El tiempo es oro, no haga que se pierda inútilmente. Cuide siempre su salida como su entrada.La forma como nos despedimos, muchas veces puede significar  la aceptación para una nueva entrada.

Después de leer estos consejos y recomendaciones y aplicarlos correctamente, ore y póngase en las manos de Dios. Él es, el que siempre pone el toque final y abre todas las puertas.

En cierta ocasión, un anciano soñó que estaba en la presencia de Dios. Un ángel que le esperaba en la puerta le dijo: “para poder entrar al cielo necesita una calificación de 100 puntos, así que empiece a enumerar todas las cosas dignas que haya hecho en su vida.

“Bueno…yo visitaba a los enfermos y hogares de ancianos” un punto, dijo el ángel. “también ore y ayune muchas veces” Dos puntos. Señalo el ángel. 
“Predicaba el evangelio por lo menos 2 o 3 veces a la semana” Ahora tiene tres puntos, le quedan 97 puntos para justificar, dijo el ángel. “Oiga esto ángel, dijo el anciano con cara de preocupación, “Lo que le voy a decir no sé si valdrá la pena, pero en toda mi vida, cuando no sabía que más hacer, solo confiaba en la misericordia de mi Señor Jesucristo”. “NOVENTA Y SIETE PUNTOS” - grito el ángel con mucho gozo y alegría -.

En mateo 10:18-19 Dios nos ha dejado esta promesa, que no nos preocupemos porque a la hora llegada, el enviara el Espíritu Santo y hablara por nosotros. Pero “NO SE ENGAÑE” esto solamente se cumple cuando estamos dispuestos a trabajar duro y a servir según el propósito que Dios ha establecido para nosotros, porque Dios es “El que produce en nosotros tanto el querer como el hacer por su buena voluntad”. Filipenses 2:13

Hay  una gran verdad, y es que Dios está con nosotros y su Espíritu habla por nosotros, nos guía y nos protege en todas las circunstancias y en todo lo que emprendamos. Pero no tolera al holgazán, al indolente y mucho menos el descuido y la desobediencia.

El Espíritu Santo solo lo utilizara y hablara a través de usted, si le proporciona las condiciones necesarias y si encuentra en usted una imagen digna que lo represente dignamente.

Si actúa en desobediencia contra lo que establece su palabra, si se ha descuidado con las cosas de Dios, si no aporta lo que le corresponde conforme al propósito establecido, “NO SE ENGAÑE” hay un orden divino para todas las cosas. Dios nunca le suplirá lo que le haga falta si usted no está fundamentado en su hijo Jesucristo. Si todavía no ha hecho lo mejor, por pereza, sin asumir sacrificios y además, ha sido indolente en ayudar al necesitado, Dios nunca le va a proveer de sus recursos.

De lo que si puede estar seguro, es que Dios, de todas maneras llevara a cabo sus propósitos…pero sin usted!. Los recursos del Reino que Dios pone a su disposición nunca se pierden, si no lo aprovecha, Dios se lo quita y lo utiliza para otros.

Todos los grandes hombres que registra la Biblia pagaron un precio por su servicio. Antes de ser instrumentos útiles para Dios, tuvieron que ser probados y debieron aportar parte de todo lo que tenían. De igual forma, si quiere que Dios te use, debes estar preparado y dispuesto en todo tiempo a pagar el precio.

Si cumples con los mandamientos de Dios, si es responsable con las normas que desde una perspectiva humana se requieren, el Señor te proveerá y te pondrá ese “toque” especial que solamente Él puede dar. Entonces, nada ni nadie te podrá detener, derribaras fortalezas y las puertas se abrirán.

“¿Qué, pues, diremos a esto? ¿Si Dios es por nosotros, quien contra nosotros?”.
Romanos 8:31

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