Transformado en mi salud

“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en tosas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma.” 3 Juan 1:2 (RVR 1960)

Planificamos en la vida es bueno e importante. Seguramente tú tienes planes para el futuro. Quizás quieras terminar los estudios, encontrar tu pareja ideal para casarte, tener hijos y poder criarlos, tener tu propio negocio, comprar una casa o u n carro, etc.

El punto en todo esto es que normalmente la gente piensa que para alcanzar estas metas debe hacer todo lo posible por llevar a cabo tareas relacionadas con esos objetivos, pero nunca incluyendo dentro de esas tareas la necesidad de cuidar el cuerpo físico para poder materializarlas.
¿Sabes? No eres la única personas que tiene planes, Dios también tiene planes y en sus planes tu estas incluido.

 Las disciplinas espirituales tales como orar, estudiar la biblia, ayunar, ofrendar, alabar y adorar a Dios son buenas, sin embargo no podemos dejar de lado que debemos procurar cuidar nuestro cuerpo porque es el vehículo en el que viaja el propósito de Dios.

Tu cuerpo es propiedad de Dios, él te lo ha dado con el propósito de que lo administre y cuides sabiamente. La biblia nos enseña que, “todas las cosas nos son ilícitas, mas no todas convienen; todas las coas nos son licitas, mas debemos dejarnos dominar de ninguna”  esto quiere decir que debemos aprender a discernir entre lo bueno y malo e inclinarnos siempre por escoger lo que realmente nos beneficia por dentro y por fuera.

1 Corintios 6:19-20 dice: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que nos sois vuestros?  Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”

La palabra de Dios aquí es muy clara, si decimos ser de Cristo, entonces cuidemos nuestro cuerpo no solo de lo que comemos y hacemos de forma natural sino que también debemos hacerlo manteniendo nuestro ser espiritual sano porque esto agrada y glorifica el nombre de Dios.

Si te siente débil, aférrate cada día más al Señor porque en tu debilidad el manifestara su gracia y su poder para ayudar en todo lo que puedas necesitar, todo lo que pudieras proponerte alcanzar en la vida lo podrás lograr si goza de buena salud física y espiritual.

No tengas miedo a la transformación porque Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de lo que el Señor está haciendo en ti.


¡Dios no ha terminado contigo, déjalo completar su obra en ti!

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