Transformando mi vida espiritual
“De modo que si
alguno esta en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí
todas son hechas nuevas.” 2 Corintios 5:17 (RVR 1960)
Dios siempre se ha mostrado interesado en que el ser humano
entienda la magnitud de su amor. El sabe cuánto puede hacer ese amor en la vida
de los hombres. Sin importar tu pasado, el recibir a Cristo como señor y
Salvador inicias el camino a una trasformación total en tu vida.
Así como el atleta se prepara y cuida su cuerpo físico para
estar en buenas condiciones para competir, asimismo nuestro ser espiritual
requiere de un entrenamiento constante el cual nos garantizará un crecimiento y
madurez en todas las áreas de nuestra vida.
Buenos hábitos
Probablemente has pensado que Dios guardará un registro de
tus cosas malas que hiciste para estrujártelo en la cara cuando él entienda sea
necesario. ¡Eso no es así! Cuando creemos y recibimos a Jesús en nuestro
corazón, todas las cosas de nuestra vieja vida quedan atrás. A partir de nuestra
confesión de FE somos renovados y se nos entrega una nueva vida para que
vivamos de acuerdo a la palabra de Dios.
Para que puedas experimentar esos cambios que anhelas es
necesario que desarrolles buenos hábitos. Comienza con amar a Jesús por encima
de todas las cosas, tal como él lo ha hecho contigo, muestra el amor de Dios a
los demás, sirve a tu prójimo de forma desinteresada y no olvides compartir con
ellos las buenas nuevas que iniciaron la transformación en tu vida. Ellos
también necesitan de Jesús.
Recuerda, un hábito no consiste en hacer una tarea un día y
después dejarla. Solo podrás llegar a la meta donde te espera el gran premio si
desarrollas una disciplina constante. Aléjate de las cosas que en fondo sabes
que te pueden desviar del camino de transformación que has emprendido. Si
cometes algún error o pecado, reconoce tu falta ante Dios, confiésala,
arrepiéntete y continúa avanzando.
La mejor garantía de que puedas crecer espiritualmente es
permaneciendo en Dios siempre.
¡Avanza, lo mejor está
por venir!
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