Transformado en el trabajo que desempeño


“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; Sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”

Colosenses 3:23-24 (RVR 1960)

INTRODUCCION

Una frase popular; “el trabajo lo hizo Dios como un castigo a los hombres.” Pero, esta frase falta a la verdad a la que Dios había asignado responsabilidad al hombre desde el principio de la creación.
El trabajo es uno de los principales instrumentos que Dios utiliza para bendecir y prosperar a los hombres. Por esta razón, el apóstol Pablo nos recomienda que hagamos las cosas bien y de buena  gana para que recibamos una justa recompensa por la obediencia a este principio.


BUENOS TRABAJADORES

La riqueza no nos caerá así como la lluvia nos cae del cielo. La palabra de Dios nos enseña que el Señor es quien nos da el poder de hacer las riquezas. Es decir, mientras nos encontremos viviendo bajo los principio de Dios, él se encargará de bendecir el fruto de nuestro esfuerzo y trabajo.

El trabajo honrado dignifica a los hombres y los prepara para ser usados en los propósitos de Dios. La intención del Señor con el trabajo va más allá de que podamos suplir nuestras necesidades básicas, él desea que tengamos en todas las cosas lo suficiente y que podamos tener en abundancia para bendecir a otros.

Dios te está observando en el trabajo que desempeñas. Por lo tanto, procura que tu actitud sea siempre la correcta porque una buena actitud determinará tu nivel de gozo y satisfacción. Si consideras que tienes alguna limitación para realizar tus tareas con excelencia, no olvides que Dios es la fuente de toda habilidad.

El puede hacer contigo cosas extraordinarias. Conviértelo en tu asesor personal, él no te fallará. Procura con diligencia mantenerse ampliando o desarrollando esas habilidades que posees porque Dios siempre estará interesado en tu promoción y avance.

Las dificultades se podrán presentar y quizás algunos de tus compañeros no valoren las relaciones con los demás, pero lo cierto es que Dios te usará para marcar la diferencia y para glorificar su nombre a través de ti.  

¡Honra al Señor con tu vida y con el trabajo que desempeñas!


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