Transformado para servir a Dios
“Porque somos hechura
suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de
antemano para que anduviésemos en ellas.”
Efesios 2:10 (RVR 1960)
INTRODUCCION
Todos nosotros debemos vivir
agradecidos del Señor por habernos escogido para sus buenos propósitos. No
somos el resultado de un experimento ni tampoco de la casualidad; somos el
resultado de su intención y de su diseño. Por esa razón, preparo todo de forma
anticipada para que caminemos bajo su gracia.
SERVIR A
DIOS, EL MAS ALTO PRIVILEGIO
Servir a Dios no es un
acto de humillación o degradación de nuestra persona, es en realidad un
verdadero privilegio. Muchos ignoran que sirven a Dios en la medida que sirven
a los demás. Todos nosotros hemos sido llamados a dejar una huella positiva en
las personas, ya que Dios nos ha equipado para que podamos servir con
excelencia en sus buenos propósitos.
Un corazón agradecido
siempre está en la disposición de servir sin importar las condiciones. Algunas
personas sirven, no donde se les solicita sino donde ellos quieren servir. La
honra del servidor se desata cuando este es capaz de anteponer la voluntad del
que le pide ayuda en lugar de la suya, cada vez que tengamos la oportunidad de
servir, procuremos tener la motivación correcta: agradar a Dios.
Si deseas
servir a Dios debes ser fiel. La fidelidad es un requisito de todo el que
administra un don. Juan 12:26 nos enseña “Si
alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor.
Si alguno me sirviere, mi padre le honrara.” Aunque tu motivación no sea ser recompensado,
debes saber que servir fielmente a Dios siempre traerá su justa recompensa.
¡Adora a Dios con la
forma en la que sirves!
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