Dios, el hombre y la gente

 Baruj Hashem

"Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que llevaba la palabra. Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios. Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay. En las edades pasadas él ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos; si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones. Y diciendo estas cosas, difícilmente lograron impedir que la multitud les ofreciese sacrificio." Hechos 14:12-18

Si analizamos el contexto donde sucede este evento, nos damos cuenta que eran personas cuyas creencias estaban fundamentadas en dioses capaces de hacer los milagros y que él hombre no tenían el poder para hacerlo.

Estas personas al ver los milagros que ocurrían a través de los Apóstoles hicieron lo que hace toda persona que no conoce a Dios: alabar, adular y rendir pleitesias a quién a manifestado el poder de Dios.

'Nosotros también somos hombres' fue el grito desesperado de dos Apóstoles quienes entendían que todo su poder era proveniente del Único Dios Creador de todas las cosas, mensajeros de un mensaje renovador y que ayudaría  a creer en el Mashiaj y el cumplimiento de las Escrituras.

Un mensaje para creer en un solo Dios creador de todo lo que existe. A no tener al hombre como intermediario directo de los milagros de Dios y mucho menos colocarle en una posición de superioridad.

Un Dios que no impone su voluntad, que es el hombre el que debe elegir si acepta o no el camino que él le ha trazado y que Dios siempre ha dado testimonio de su amor por su creación y aunque está se haya separado de él, sus bendiciones siguen siendo su provisión.

PENSEMOS...
Motivar el estudio de las Escrituras ayuda a que las personas lleguen al conocimiento pleno de Dios, elimina la intermediación, ayuda a la madurez espiritual y a discernir.

Cuanta gente ignorante alabando, glorificado a hombres, buscándolos por encima del Dios verdadero para recibir una palabra, milagro o simplemente sus favores.

Hombres que aceptan las adulaciones y el favor de la gente para sentirse grandes y poderosos. Hombres que desde una plataforma ridiculizan a el nombre de Dios, se presentan con todos sus logros alcanzados, juzgan y señalan al creyente haciéndolo sentir que son nada para al final del servicio decir:  "Yo declaro, yo establezco, por la autoridad que Dios me ha dado" y dan la espalda mostrando el EGO de un simple mortal.

Ningún hombre ha llegado donde está si no es porque Hashen en su amor, misericordia, gracia, favor y por el mérito de Mashiaj le ha concedido sus bendiciones.

Dios nos ha regalado su Torah, aún sin merecerla, su estudio nos ayuda a crecer, madurar, tener conciencia de lo espiritual, enseña a vivir, tener paz y a encontrar el sentido del alma y nos da el conocimiento, entendimiento y sabiduría para llegar a ser uno con Hashem.

SHALOM






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