Caminar sobre las aguas PARTE 2

"Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios". Mateo 14:30-33

Con este relato, aprendemos a confiar en Jesús y en su poder sobrenatural, que nos permite hacer cosas increíbles. Pedro fue el único que se animó a vivir esa experiencia de caminar sobre el agua, conectándose con ese poder sobrenatural. 

No obstante, cuando dejó de mirar a Jesús y se fijó en las circunstancias adversas, comenzó a hundirse. Aunque Jesús lo salvó y le reprochó su falta de fe, no lo abandonó, al contrario, lo acompañó hasta la barca y demostró su amor y su misericordia. 

Y estoy convencido de algo, que aunque Jesús agarraba a Pedro, llegaron juntos a la barca caminando sobre el agua.

Así, los otros discípulos que permanecieron en la barca, no juzgaron a Pedro por su fracaso, sino que adoraron al Mesías por la experiencia vivida. Podemos suponer que ellos luego de ver el milagro, tuvieron el deseo de caminar sobre las aguas junto a Jesús. 

Esta historia nos enseña que como discípulos que pertenecemos a una misma comunidad de fe, debemos apoyarnos unos a otros y no criticarnos por nuestras debilidades, sino reconocer a los que se arriesgan y están dispuestos a hundirse.

Todos somos invitados a caminar sobre las aguas con Jesús y a confiar en él, aunque a veces nos asusten las olas y el viento.

Shalom




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