PENTECOSTES, EL INICIO DE UNA ERA

"A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente; Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre". Salmos 16:8-11

"Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, Y aun mi carne descansará en esperanza; Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción. Me hiciste conocer los caminos de la vida; Me llenarás de gozo con tu presencia". Hechos 2:25-28

Lo más importante para la gran mayoría de cristianos, es que lo que ocurrió en Pentecostés, fue un acontecimiento extraordinario que demostró el poder del Espíritu Santo y su manifestación sobrenatural sobre los 12 Apóstoles, dando cumplimiento a la promesa del Mesías Jesús de Nazaret.

Ellos recibieron el don de lenguas y pudieron comunicarse en el idioma nativo de todos los extranjeros presentes, quienes se maravillaban al escuchar con claridad y convicción las maravillas de Dios que los Apóstoles expresaba a la multitud, mientras estaban sentados en extasis.

Sin embargo, esto solo fue una señal de lo que sucedería más adelante. En medio de la burla de los lugareños, Pedro se levantó junto a los 11 y comenzó lo que sería el primer gran discurso del Ministerio Apostólico y Mesiánico.

Cabe destacar, que Pedro como buen Judío, conocía muy bien las Escrituras, y por eso pudo citar al Profeta Joel y luego apoyar su discurso en el Salmo 16, arriba mencionado, (considerado uno de los Salmos Mesiánicos) que es una profecía mesiánica sobre la resurrección de Jesús.

Pedro explicó con pasión y convicción que Jesús era el Mesías prometido, el Señor y Salvador de todos los que creyeran en él. Pedro demostró con las Escrituras que Jesús había cumplido todas las profecías, y que su muerte y resurrección eran parte del plan divino para la salvación del mundo.

¿Por qué es importante entender todo el contexto de lo sucedido?
Porque la señal de hablar en lenguas era para los extranjeros (gentiles), así cuando Pedro disertara, ellos pudiera interpretar el mensaje (Manifestación del Espíritu de Dios en los gentiles).

Ahora, ¿Quienes no creyeron, ni recibieron la manifestación del Espíritu Santo?
Los judíos y los que habitaban en Jerusalén, a quienes inicialmente va dirigido el discurso. Ellos no pudieron entender las maravillas de Dios revelada por los Apóstoles en lenguas extranjeras, por eso interpretaron que estaban hablando confusos, como si estuvieran borrachos.

Ahora es el momento crucial e impactante para Pedro proclamar el evangelio de Jesucristo a las multitudes reunidas en Jerusalén y que todos lo puedan escuchar y entender cada uno en su propio idioma.

Así se cumple la promesa de Dios de restaurar la unidad entre las naciones que se había perdido en la torre de Babel. Pedro explica que Jesús es el Mesías esperado, que murió y resucitó para salvarnos del pecado y la muerte.

¿Cuál fue el resultado de ese primer discurso?
Un efecto inmediato de ese primer discurso fue la conversión masiva de miles de personas (más de 3000 registran las escrituras) que escucharon a Pedro predicar con pasión, firmeza y certeza sobre el Mesías.

Estas personas se sumaron al Ministerio del Evangelio de Cristo, que era el núcleo de la primera comunidad de creyentes en Jesús (Iglesia primitiva mesiánica) y que más tarde se transformaría en la Religión Cristiana.

Esto demuestra porque Pedro se ganó el privilegio de recibir las llaves del Reino de los cielos y de anunciar el Evangelio de Cristo al mundo. Pedro fue un discípulo fiel, valiente y humilde, que reconoció a Jesús como el Mesías y que estuvo dispuesto a dar su vida por él.

Pedro fue el primero en predicar el Evangelio a los judíos y a los gentiles, y así abrió las puertas de la salvación a todos los pueblos. San Pedro Apóstol es un modelo de fidelidad y de servicio.

Pentecostés o Shavou es una fiesta que celebra el don del Espíritu Santo y el nacimiento de la Iglesia.
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