A veces, Dios tiene que hablarte fuerte
"Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron. Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio". Levítico 16:1-2
Uno se pregunta, ¿Por qué El Eterno ilustra de una manera tan fuerte, trayendo a Aarón la muerte de sus hijos para advertirle qué solo debe entrar una vez al año al lugar santísimo y con precaución?
Bueno, Dios le da a Aarón un claro recordatorio de que la presencia de Dios en el Santuario es tan sagrada, que de no seguir las instrucciones divinas al pie de la letra puede traer la muerte, aún para la persona donde reposaba toda la autoridad espiritual sobre el pueblo.
La Torá muestra que HaShem es claro en sus mandatos, y nos enseña, que no solo puede ocurrir en un contexto religioso, sino también en situaciones cotidianas, y a cualquier persona por más santa que se considere.
Por ejemplo: Si vas a dos médicos y te recetan el mismo medicamento por una situación de salud, pero uno te dice que es bueno para mejorar y sanarte y el otro médico te dice que evita que te mueras como le acaba de pasar a un paciente, estoy seguro que este último afectará más tus emociones.
La forma en que se presenta la información puede influir en la respuesta emocional y en la toma de decisiones, destacando la importancia de una comunicación efectiva para el cumplimiento de las instrucciones.
Así mismo Dios, que conoce la intensión del corazón, muchas veces, tiene que ilustrar un mandato de manera muy radical, igual como lo hizo con Aarón, para que al obedecer, no solo tengas la fe y la confianza en que vas a salir bien, también para que creas, que si no obedeces, te mueres.
Shalom
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